Ascensión a Peña Mea


Campa de Mea

Peña Mea es un macizo a caballo de los concejos de Laviana y Aller, y una de las cumbres más emblemáticas del concejo de Laviana, cuyo espolón se puede admirar desde distintos rincones, motivo por el cual ha sido y es uno de los objetivos señeros del montañismo asturiano.
 La ruta que se plantea no es como las anteriores suaves rutas de senderismo, en esta ocasión nos encontramos con la ascensión a la mítica cumbre que preside todo el valle lavianés. Es pues una ascensión montañera que, puede resultar peligrosa si no se asciende con la atención necesaria. 
Campa de Mea El acercamiento es bastante simple, cogeremos la carretera AS - 252 desde Laviana hasta el Llano La Tabla, en Tolivia. Seguiremos a la izquierda la carretera a Fresneo. Desde aquí, por una pista apta para todo tipo de vehículos, hasta Les Campes (890 m). Este paraje de mullidas praderías tiene como fondo la mole de Peña Mea que también se le puede llamar la "Gran Montaña". La capilla que allí se encuentra está bajo la advocación de la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel y goza de gran devoción; su fiesta se celebra el primer domingo de julio. Esta capilla fue construida en el siglo XVII, y restaurada en 1.995, consta de una sola nave y espadaña que contiene tres pequeñas campanas.
La pista hacia la mítica cumbre parte de Entelacapilla delante del bar que existe en la zona, El Descanso del Baquero, hasta el primer cruce y tiraremos hacia la derecha, y seguiremos por la pista dejando a nuestra izquierda el murallón de Peña Mea, la pista asciende entre arbolado hasta la Campa Pelúgano, aquí el camino se bifurca,el que sigue de frente baja al pueblo de Pelúgano

Canal de las Cuevas
 nosotros tomaremos el de la izquierda que nos lleva a una cabaña con dos fuentes y dos abrevaderos, dejaremos a la derecha unas fincas denominadas el Cerreo, el sendero se hace estrecho y comienza a subir, encontrando los primeros "jitos", con un sendero bien marcado nos encontramos en la base de la Canal de las Cuevas, la llegada a la base de esta canal es uno de esos momentos clásicos del montañismo en que uno se pregunta porque lo hace. La canal es amplia y herbosa, pero vista desde abajo del todo la subida impone.
Aquí comienza el tramo más costoso, de toda la ruta, el sendero serpentea todo arriba y nos conducirá hasta el famoso Ojo de Buey, amplio ventanón que traspasa el crestón de la peña, nada mas sobrepasar la cresta de roca.

Ojo de Buey
 A la izquierda podremos ver una gran cueva, llamada por los lugareños la Iglesiona, en ella se pueden apreciar los cuatro pilares que la sostienen Continuamos ascendiendo por el retorcido sendero, que nos acerca hacia la cabecera de una vertical canal tapizada de arboleda que da vista al valle de Tolivia. El sendero gira bruscamente a la derecha, a través de la pradera de Pedromoro, superando varios resaltes, hasta presentarse en la base del canalizo superior, la senda se bifurca, las dos son buenas la de la izquierda sube directamente a la cumbre por el canalizo, nosotros optaremos por la derecha que en llano nos lleva a pasar por una senda tallada en roca, llamada la "Senda del Gatu", descendemos unos metros a una pequeña canal para cruzarla y ascender de nuevo unos metros giramos a la derecha por entre las rocas y tras salir de ellas entramos por una campera que por la derecha nos conduce a la fuente de Mea (o también llamada Fuente El Gatu),bien cuidada que mana entre las rocas, sobre ella se lee una inscripción.
Seguimos ascendiendo por la campera, hacia esa vertiente se extiende al angosto valle del Raigusu, y nos encontramos con lo que en otro tiempo sería una pequeña cabaña pastoril, ahora tenemos a la vista Peña Negra inconfundible por su color, pasamos por detrás de la cabaña y cogemos un pequeño sendero, ya solo nos queda ascender un poco y a nuestra izquierda alcanzaremos la cumbre de Peña Mea o Pico Dubil (1.560 m).
La panorámica que nos ofrece es amplia: veremos la Cordillera Cantábrica, el Mar Cantábrico y varios cordales menores, con multitud de pueblos dispersos.
Para bajar, destreparemos estesudeste unos metros hasta un sendero que inicialmente nos lleva hacia el N, por debajo de cresta de la cumbre, pero luego va por la cresta misma. Cuando esta se estrecha demasiado buscamos bajar por la derecha hacia un hayedo en el que entramos para cruzar de nuevo hacia el N, pero por debajo de la cresta. En seguida un pequeño collado nos invita a volver a la cresta, pero lo ignoramos para bajar una pendiente de hierba que esconde una senda intermitente. Luego volvemos a enfilar hacia el N, para pasar por debajo de una inmensa y vertical pared de roca, en todo memento siguiendo una senda estrecha pero bastante marcada. Nada más pasar la pared nos encontramos en un pequeño collado rocoso que domina completamente una amplia pradera más abajo, la Collada Doñando.
Todo este sendero tiene también unas marcas rojas. Las paredes al otro lado de la Collada Doñango albergan los nidos de por lo menos una pareja de alimoches, ese magnifico carroñero cuya silueta inconfundible recorta los cielos españoles de mayo a octubre, aunque con una frecuencia que por baja, sigue preocupando mucho a los especialistas. El descenso a la Collada Doñango, hay que realizarlo con cuidado por la cantidad de piedras sueltas en el sendero, que lo hace, si no se tiene precaución, algo peligroso. Una vez en la Collada Doñango, tomaremos hacia la izquierda y cogeremos la pista ganadera que desciende hacia el O, y así volvemos a les Campes (890 m), donde podemos repasar las sorpresas y satisfacciones de la ruta en el Descanso del Baquero, un pequeño bar con sabor netamente local.
Distancia: unos 8 kilómetros.
Desnivel: 700 metros.
Duración aproximada: de 5 a 6 horas.
Dificultades: El mapa no es de gran ayuda por lo intrincado del terreno. En este sentido es importante localizar correctamente la entrada de la Canal de las Cuevas. La bajada también puede llevarnos a equivocarnos hasta que demos con el hombro encima de la Collada Doñango.

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